Kurmasana o postura de la tortuga

kurmasana

Una de las posturas con las que nos divertimos más, tanto en la clase de Dharma como en Ashtanga es Kurmasana o la postura de la tortuga. Puede ser un poco frustrante ya que implica el movimiento y flexibilidad de varias partes del cuerpo pero para mí, en lo personal, me parece una postura muy tierna y que en realidad busca mimetizar al animal por el que se llama así.

¿Por qué se llama así?

 

Dejando de lado la cuestión enteramente etimológica de que Kurma es la tortuga y Asana la postura, es importante señalar que los animales en la mitología hindú tienen un lugar muy especial y la tortuga no escapa a esto. Kurma es la encarnación del dios Vishnú en una tortuga y que busca la conservación o la protección del universo ante el caos y el desorden que pudiera presentarse en el mundo.

¿Cómo entramos a Kurmasana?

 

Antes que nada, y sobre todo antes de intentarlo, Kurmasana consiste en una postura en donde se estiran de manera intensa los músculos de la espalda y es considerada una postura avanzada, por lo cual, para entrar a ella, tenemos que tener muchísimo cuidado para no lastimarnos.

 

A mis alumnos me gusta poner la variación por si no alcanzas Kurmasana, que inicies únicamente metiendo tu mano derecha por dentro de la pierna derecha hacia afuera y tomando el pie; lo mismo con el lado izquierdo: mano izquierda de adentro hacia afuera y toma el pie. Aquí puedes quedarte para medir qué tanto “tirón” sientes en la espalda y hasta donde te está llevando tu flexibilidad.

 

Sin embargo, una vez que tus hombros ya están debajo de tus rodillas en esta postura, es posiblemente el mejor momento de intentar pasar cada uno de los brazos, estirados, hacia atrás y llevar la cabeza hacia el tapete. Esta es Kurmasana. En Ashtanga existe una segunda versión que se llama Supta Kurmasana, de la cual hablaremos otro día.

 

¿Cuáles son los beneficios de Kurmasana?

 

Kurmasana tiene muchos más beneficios que dolencias (¡Aunque no lo creas!) empezando por la ayuda que brinda a la zona lumbar y sacra y cómo ayuda a descansarlas. En esta postura, como toda la fuerza está en la parte central, se relajan el cuello, los hombros y la cabeza siendo una postura que puede ser muy relajante (Repito: aunque usted no lo crea), se recomienda para las personas que sufren de insomnio, problemas de espalda, así como problemas de ansiedad.

 

¿La has probado? ¿Lo has logrado? ¡Cuéntame en los comentarios!

 

Seamos receptivos. Namasté.

 

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