#LunesdeAhimsa: Anat Tartakovski, el yoga, el contentamiento y la ecuanimidad

Anat Tartakovski

Hoy en el #LunesdeAhimsa tenemos a una invitada que no sólo es una gran maestra de yoga, sino que es un magnífico ser humano. El día hoy quiero compartirles a Anat Tartakovski, su visión de la compasión, los principios del yoga, el contentamiento y la ecuanimidad. Es una entrevista fantástica, ¡vibremos con ella!

Cuéntanos un poco de ti.

¡Hola! Un gusto estar aquí.

Les cuento un poco de mí. Crecí en la CDMX y si hablan conmigo se pueden dar cuenta muy rápido por lo mucho que me gusta la Ciudad. Estudié Ingeniería Civil y tengo una Maestría en Dirección de Empresas; además como me encanta aprender y estudiar (sin tareas de preferencia) he hecho algunos diplomados, cursos y talleres en fotografía digital, panadería, pastelería y chocolatería, nutrición funcional, etc. También me encanta viajar, turistear y explorar por lo que estoy abierta e igual de emocionada de ir a cualquier lugar y conocer nuevas culturas, ecosistemas o a leer un libro en la playa.

Actualmente soy maestra de Yoga, me enamoré hace mucho tiempo de la disciplina y cuando finalmente pude hacer mi primera certificación quedé tan fascinada que no he parado de aprender de diferentes estilos y maestros, estos incluyen:

Rocket y Ashtanga, Vinyasa y Hatha y la más reciente es Dharma Yoga en donde tuve el gran gusto de poder conectar con Lucía y digo conectar porque ya habíamos tenido un encuentro, pero esa vez no tuvimos la oportunidad de conocernos mucho.

¿Cómo llegaste al camino del yoga?

Yoga llegó a mi vida para quedarse, pero tuvo que tocar la puerta varias veces para poder entrar. Mi primer acercamiento fue en prepa cuando escogí yoga como taller optativo, al día de hoy no sé qué estilo era ya que no lo puedo comparar con los estilos que conozco, lo que si se es que me gustaba tomar las clases que tenían algunas posturas y que la maestra era medio rarita (para mi, señalo que yo tenía 15/16 años). La segunda oportunidad que tuve se dio al final de prepa, a mis 17 años cuando estaba buscando algo que hacer después de que los festivales de baile habían acabado; creo que esa vez fue idea de mi mamá y me compro un paquete de 3 clases… y pues esta vez tampoco me convenció.

Seis meses después de esto mientras estaba haciendo servicio social en Israel decidí darle una oportunidad más a Yoga, esto fue más porque el gimnasio nunca ha sido lo mío y tenía ganas de estirar; esta vez extrañamente me encantaron las clases y digo extrañamente porque no entendía la mitad de lo que decía el maestro, él usaba una combinación de hebreo, sánscrito e inglés. Lamentablemente mis clases duraron poco, el programa se acabó y yo regresé a México para empezar la licenciatura. La buena noticia es que ya me había gustado y estaba mucho más abierta a volver a intentarlo, por lo que cuando un amigo me invitó a probar clases en un estudio cerca de mi casa no dudé en ir y finalmente me quedé, desde ese diciembre de 2009[1] no he dejado de practicar de alguna forma u otra.

¿Cuáles son los retos de un yogi en el mundo actual?

Creo esta pregunta es difícil de contestar porque el camino de cada persona es diferente y la perspectiva en cómo vemos estos retos también afecta nuestra experiencia con ellos. Pero hablando de experiencia propia o de lo que veo a mi alrededor me gustaría decir que las distracciones son cada vez mayores o más difíciles de ignorar, cosas como los celulares que nos conectan tanto, nos ayudan a trabajar y pueden ser una gran herramienta para nuestra práctica (meditación, asanas, textos, etc.) también pueden dificultarnos hacer estas actividades y concentrarnos. También siento que estamos algo desconectados unos de los otros, las redes sociales nos conectan con todo el mundo, pero nos despersonalizan ¿Cuántas veces han visto una discusión en Facebook? Sabemos que si estas discusiones fueran en persona no veríamos palabras tan agresivas.

A lo que voy con todo esto no es para decir que dejemos de usar todas las herramientas que tenemos en la actualidad, pero que seamos conscientes de como las usamos, que consideremos en donde invertimos nuestro tiempo y quien se encuentra al otro lado de nuestras pantallas.

En resumen y de forma muy general los estímulos externos, que también incluyen gente y situaciones estresantes son unos de los grandes retos.

¿Cuál es la enseñanza más valiosa que te ha dejado el yoga?

Santosa

Santosa es uno de los cinco Niyamas y se interpreta como contentamiento[2], satisfacción o la ecuanimidad que ve las cosas como son, sin ser distorsionadas por expectativas, necesidad o miedo.

La primera vez que lo oí no me dijo mucho, pero he aprendido más cada vez que lo analizo. Para mí, en estos momentos Santosa representa estar contenta con mi situación actual, esto no significa dejar atrás ambiciones o planes sino disfrutar o sentir el momento. Aceptar las cosas como son o como están y de ahí partir para cambiarlas, de nada me sirve desear que la situación o mis sentimientos sean diferentes y sólo me causa más estrés e insatisfacción y así como muchos de los programas de pasos, hay que aceptar el escenario actual.

Y, por supuesto, a veces me entra el FOMO o invento mil escenarios diferentes de lo que quiero que pase y es por eso y muchas más cosas que sé que necesito trabajar más en mi perspectiva o en mi forma de pensar. Esto también aplica a mi práctica de yoga, tanto física como espiritual, es estar bien con que la postura no me sale como a la persona de al lado o que no la sostengo el tiempo que espero; o aceptar que había planeado meditar media hora y mi mente no puede hoy o surgió algún compromiso que cambio mi día. Claro que me voy a frustrar, pero después intento aceptarlo; si puedo remediarlo lo hago.

Parte de la maravilla de los conceptos de Yoga es que aplican para todos los escenarios de la vida y que muchas veces van entrelazados unos con otros, lo que me permite practicar varios de ellos al mismo tiempo, muchas veces sin darme cuenta.

¿Qué entiendes por compasión y no violencia?

Compasión y no violencia normalmente van de la mano, pero no necesariamente. Si se acuerdan de la película I, Robot de Will Smith (sin importar su opinión sobre ella) los robots estaban regidos por unas leyes con las cuales no podían dañar a los humanos y la violencia era imposible; sin embargo, esto no significa que pudieran ser compasivos. Toda esta explicación y el recuerdo de una película no tan buena es simplemente para decirles que voy a abordar los temas por separado.

Compasión es un término que me cuesta trabajo definir con palabras y muchas veces empiezo a mezclar otros sentimientos o acciones para poder hacerlo. Según la Real Academia Española la definición es: “Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien.” [3] ¿Les gusta? Porque a mí no mucho, claro que es una definición completa pero no abarca todo lo que la compasión es, porque compasión sí es un sentimiento que surge con la comprensión del sufrimiento de otro ser, también es solidaridad; se necesita sensibilidad para poder sentirla y algo de simpatía. Además, nos encontramos con las acciones compasivas en las que la gente es motivada para hacer lo posible para ayudar con el sufrimiento físico, mental y emocional de otro ser y lo que no se nos puede olvidar, de nosotros mismos.

A mi entender, no violencia además de ser no violencia física, también incluye no violencia hacia los demás a través de palabras, tono o actitudes, no solo respetar el medio ambiente, sino que también cuidarlo y no violencia hacia nosotros mismos

¿Cuántas veces nos hemos reprochado por algún accidente o error? ¿Por comer algo “indebido”? ¿Por comportarnos de forma “inadecuada”?

Muchas veces somos más duros con nosotros mismos que con los demás a veces con metas improbables o hasta imposibles y cuando no cumplimos nuestras propias expectativas nos recriminamos duramente. No es fácil salir de este círculo vicioso y no creo que haya una solución mágica, pero creo que podemos empezar a analizar nuestras acciones y sentimientos y aprender de ellos y…  ser compasivos con nosotros mismos y obvio con los demás también.

Y como vemos, los términos son diferentes, compasión es un sentimiento y no violencia una acción, pero esta acción puede surgir de un sentimiento y este sentimiento puede generar una acción (o la falta de ella).

¿Qué es lo que te inspira al día de hoy?

¡Qué pregunta tan sencilla pero tan profunda!

Me encanta aprender y enseñar, por si no lo notaron con mi investigación y explicaciones eternas en las preguntas pasadas. Me inspiran maestros y alumnos por igual porque a veces unos se convierten en el otro.

Ver el crecimiento de los demás no tiene precio, hay un momento cuando estas enseñando o explicando algo y ves como la persona lo entiende, le brillan un poco los ojos, por un pequeño momento, y entonces hace la postura o te puede explicar de regreso el concepto.

Es un sentimiento especial cuando sabes que estás contribuyendo de forma positiva y directa en el crecimiento o aprendizaje de una persona. Pero también disfruto cuando alguien más está impartiendo, como cuando veo el avance de mis compañeros en las clases y me inspiran los maestros que tienen este don y la pasión con la que hacen las cosas.

(Para mí) no hay nada como conocer las historias de las personas, sus filosofías y puntos de vista y el ejemplo que, consciente o inconscientemente, ponen para los que están a su alrededor.

¿Qué te gustaría decirle a las mujeres y hombres que leen este blog y que inician su camino en el yoga?

Sean pacientes. Traten diferentes estilos, maestros y lugares, clases con diferentes enfoques, posturas o sin posturas. Y vuelvan a intentarlo. Conforme crecemos, maduramos y cambiamos necesitamos cosas diferentes y puede que la clase de meditación no la aguantábamos antes y ahora la necesitamos. El yoga tiene muchas formas y representaciones, se puede experimentar con una a la vez o todas juntas. Si la chispa de la curiosidad o la pasión están presentes, la forma adecuada para ustedes va a llegar.

Sean compasivos con sus cuerpos y sus mentes, inspírense en los caminos de otros, pero siempre acuérdense que sus caminos son únicos y perfectos con todos los retos y distracciones, pero al final ese camino es suyo…

¿En dónde te pueden encontrar nuestros lectores?

La mejor forma de encontrarme es en Instagram en @anat_the_yogi, ahí además de poder contactarme también publico mis horarios.

¡¡¡Muchas gracias!!! Gracias por esta oportunidad de compartir un poco de las cosas que me apasionan y de hacerme que me tome el tiempo de hacer introspección y conocerme un poco más.

Gracias a tí Anat por tu tiempo y por compartirnos tu corazón y tu visión sobre esta hermosa práctica. ¡Ha sido un gusto tenerte en Acacia Yoga!

Seamos receptivos. Namasté.

 

Te puede interesar:

 

[1] Honestamente me inscribí en enero de 2010 porque se cruzaban las vacaciones.

[2] Contentment en inglés o fulfillment, aclaro esto porque tendemos a usar la palabra “contento” como un sinónimo de feliz.

[3] Asale, Rae -. “Compasión: Diccionario De La Lengua Española.” “Diccionario De La Lengua Española” – Edición Del Tricentenario, 2021, dle.rae.es/compasi%C3%B3n.

error: