Una de las posturas que aparecen también mucho en las series de yoga es Navasana o la Postura del Bote, la cual – sobra decirlo – tiene muchas variaciones para poder disfrutar de sus beneficios.
Navasana o Postura del Bote es una postura muy interesante ya que pudiera parecer, a primera vista, como una asana sin mayor esfuerzo. La realidad es que involucra mucho trabajo interno para vencer a la pereza y a la falta de energía. Nos pide que tengamos mucha voluntad para quedarnos en ella y poder repetirla distintas veces.
¿Cómo entramos a Navasana o Postura del Bote?
Primero, tenemos que sentarnos en Dandasana (con las piernas estiradas el frente, las manos a los costados del cuerpo y la barbilla al pecho) con la espalda recta; después doblas tus rodillas y apoyas tus pies, más o menos, donde estaban tus rodillas.
Ahora va la parte interesante: tus pies los vas a subir junto con tus piernas para que queden en una escuadra o completamente estirados, las manos van a los costados de las piernas, en una línea con la tibia y el peroné. Digamos que estás en una especie de “equilibrio” o en un triángulo sostenido por tus glúteos.
La idea es sostener la postura de 5 a 10 respiraciones; si estás haciendo Ashtanga serán 5 respiraciones para después repetir la postura varias veces (¡es todo un reto!). Por lo general, esta postura tiende a repetirse de 3 a 5 veces por secuencia de yoga, ¡imagínense!
Beneficios de Navasana o Postura del Bote
Todas las posturas de yoga tienen beneficios distintos para el cuerpo y para la mente, Navasana no es la excepción: fortalece el área abdominal, quemas un poco más de grasa, es una buena postura para adelgazar, fortalece la cadera y la espalda en el equilibrio, tonifica los cuádriceps y los brazos, mejora el proceso de digestión y funcionamiento de los órganos internos y, al mismo tiempo, genera una mayor y mejor capacidad de atención y concentración, mejora la coordinación.
Como en todos los casos, es muy probable que en el primer intento no nos salga la postura como en una imagen de Instagram, todo es cuestión de práctica. Les invito a ser compasivos con su cuerpo y con su proceso, dejarlo fluir para poder llegar a su mayor potencial.
Seamos receptivos. Namasté.