Virasana, o postura del héroe, obtiene su nombre del sánscrito Vira que quiere decir dominar, someter, vencer, poder, fuerza, energía y asana que significa postura.
En este caso particular, cuando hablamos del héroe se refiere a Hanuman, el cual es representado materialmente en un mono, el cual también le da su nombre a otra postura nombrada Hanumanasana, la cual veremos más adelante.
La postura como la conocemos hoy en día fue descrita en el libro Luz sobre el yoga de B.K.S. Iyengar y en las secuencias descritas por Tirumalai Krishnamacharya.
¿Cómo entramos a Virasana?
Para entrar a Virasana hay que tener muy presente que hay que doblar mucho las rodillas, por lo que si se tiene algún dolor particular en la zona, es mejor no realizar la postura o hacerlo con mucho cuidado, para evitar lesiones. La postura se realiza de rodillas, con la espalda recta, las piernas se separan ligeramente a los costados del cuerpo, pero sin mover las rodillas; los gemelos salen un poco hacia los pies y, gradualmente y con mucho cuidado, vamos descendiendo al tapete. Si esto cuesta mucho trabajo o duele, siempre se puede poner un bloque por debajo de la cadera para restar el apoyo sobre las rodillas.
Supta Virasana y contra posturas
Una de sus variantes más conocidas es Supta Virasana, la cual implica reclinar el torso hacia atrás, de manera que quedamos de espalda sobre el suelo con los pies a los costados.
Una vez que hemos terminado de estar en la postura, podemos hacer varios movimientos contrarios para devolver a la columna vertebral a su posición neutral. Las más recomendadas son aquellas similares a la postura del niño, balasana, para encorvar y descansar la espalda; también podemos estirar las piernas en paschimottanasana, la cual veremos más adelante.
¿Cuáles son los beneficios de Virasana?
Virasana tiene muchos beneficios en su versión normal, éstos van desde el estiramiento de los músculos de las piernas, fortalecimiento de las plantas del pie, reduce la inflamación en las piernas, ayuda a la flexibilidad de las rodillas, fortalece los glúteos, mejora la digestión, mejora la postura y relaja al practicante, por lo que puede ser ideal para momentos de meditación.
Si no tienen mucha flexibilidad, les recomiendo que intenten esta postura de la mano de un profesional que pueda ayudarles en caso de que empiece a doler. Una de las características más importantes del yoga es que no nos debe de doler estar en las posturas, sino que debemos fluir y hacer de cada momento un potencial instante de meditación, por lo que siempre pensemos en ser compasivos con nosotros, hasta en las asanas.
Seamos receptivos. Namasté.