Yin Yoga: una práctica profunda, meditativa y en el piso

Anteriormente hemos visto lo que son algunos estilos de yoga como Dharma o Restaurativa y el uso de los props en la práctica, el día de hoy quisiera hablarles sobre una práctica relativamente nueva: el Yin Yoga, una práctica mucho más profunda, meditativa e introspectiva del yoga.

 

¿En qué consiste Yin Yoga?

 

Contrario a lo que conocemos en otros estilos de yoga, en el caso de Yin las posturas se hacen sentados en el piso y se mantienen por periodos más prolongados, alrededor de 3 a 5 minutos por cada lado, lo cual hace de esta práctica una más pasiva, en donde los músculos están relajados y en donde se trabajo, más que nada, el tejido conectivo, la fascia, las articulaciones y los ligamentos. En la práctica de Yin Yoga iremos hasta lo más profundo de nuestra anatomía, de una manera muy suave, y trabajaremos de adentro hacia afuera: por donde le veas.

 

¿Cómo surgió Yin Yoga?

 

Yin Yoga es en realidad un estilo muy reciente que parte más de la medicina tradicional china que de otra cosa. Sí, tiene las asanas propias del Hatha Yoga, pero atenderá más a fondo los meridianos y el chi y el balance contra el yang que implican los movimientos y la vida más activos y masculinos.

 

En una clase de Yin Yoga, por lo general, no se utilizarán los músculos de manera tan activa como en el caso de una clase de Vinyasa, Ashtanga o Dharma, ni tampoco se trabajará el equilibrio de una manera tan obvia, sino que será un trabajo progresivo para que seamos cada vez más pacientes con nuestro cuerpo y con sus procesos, que veamos como – clase con clase – podemos tener más flexibilidad, una apertura de cadera más profunda o, incluso, menores contracturas a lo largo de la espalda.

 

¿Cuáles son los beneficios del Yin Yoga?

 

Además de trabajar con los tejidos más profundos, Yin Yoga tiene el añadido de ayudarnos a empezar o continuar con una práctica meditativa y conectarnos con la quietud. También, aporta estabilidad a las articulaciones, mejora la flexibilidad, desbloquea las emociones y las equilibra, revitaliza tu energía y aumenta tu autoestima y autocompasión.

 

A mi parecer, es una práctica súper completa cuyo reto real es el silencio y la cuestión de quedarnos inertes por periodos prolongados de tiempo, solo nosotros con nuestra postura. Este es uno de los grandes componentes de Yin ya que nos aleja del ir y venir constante de nuestra mente y del mundo diario y nos mete a un estado de meditación en lo que estamos en nuestra práctica de yoga.

 

¿Será el Yin Yoga para mí?

 

Si tú tienes ya una práctica más vigorosa de yoga y sientes que el cambio de velocidad es algo que pudiera hacer que te aburras, piénsalo dos veces. Yin Yoga es la oportunidad perfecta de desconectarte y volverte a conectar al mundo, es como si reiniciaras tu sistema. Adicionalmente, considéralo como un verdadero reto el hecho de que no te enfrentas a un factor físico como reto sino a tu propia mente y al silencio. Aprenderás a escucharte mejor.

 

Esta entrada de blog supone uno de los adelantos para Acacia Yoga y las clases en línea que tenemos de lunes a viernes. Además de brindarles una breve introducción a Yin Yoga, quería contarles que me estoy certificando (además de las 500 horas de Dharma) en este estilo y estoy muy emocionada, ¡ya tengo muchas ganas de compartirles la práctica y que la conozcan! ¡Espérenla pronto!

 

Seamos receptivos. Namasté.