A varias semanas de haber terminado mi certificación de 500 horas de Dharma, debo de admitir que aún sigo un poco drenada física y emocionalmente: creo que mi ser todavía no alcanza a entender todo lo que vivió y sintió en un periodo relativamente corto de tiempo. Posiblemente tardaré muchos más meses en entender lo que me ha pasado y en tener la película completa de cómo mi vida ha cambiado de manera tan drástica.
¿Qué tiene que ver esto con el miedo?
Porque he estado pensando mucho en qué escribir y cómo escribir ante el próximo aniversario de este blog y de este espacio en donde he estado compartiendo mi práctica y los principios del yoga. He pensado y he pensado y le he dado miles de vueltas a lo que está pasando en mi mente y siempre llego a la conclusión de que han sido momentos en los que he tenido que superar muchísimos miedos y obstáculos, puestos por mí, puestos por otros, puestos por mi mente.
He pasado por muchos momentos de ansiedad y de enojo que, simplemente, vienen del miedo: el miedo a enfrentarme a mí, a otros, a defenderme o, nada más, el miedo a que me lastimen (creo que este es el más grande). El camino del yoga, para mí, no ha estado exento de este miedo: el miedo a no hacerlo bien, el miedo a pararme de cabeza y caerme, en fin, miles de cosas que nos van saliendo en el tapete y que solamente nos rectifican que estamos en el camino correcto.
¿Cómo nos afecta el miedo?
Es una realidad que, sobre todo en la pandemia, muchos de nosotros nos hemos encontrado con un espejo diario que nos enseña quienes somos: a veces nos gustamos, a veces no, pero nos muestra sobre todo el lado oscuro de aquello a lo que le tememos.
El miedo, definitivamente, puede ser paralizante y hacer que nos limites de las grandes cosas y proyectos que tenemos en mente. En muchas ocasiones, el miedo nos hace enfrentar nuestra postura ante el cambio y decidir que tan cómodos estamos con la impermanencia de las cosas, las personas y la realidad, de saber que todo es pasajero.
¿Cómo salir adelante cuando tenemos miedo?
No tengo una varita mágica para explicar la fórmula exitosa para salir adelante cuando tienes miedo, pero sí les puedo hablar desde mi experiencia. En mi caso, y especialmente ante las situaciones que últimamente se me han puesto en frente, he visto que pensar positivo (ya sé, aunque suene cursi), contar mis victorias y visualizar un escenario increíble para mi vida han sido herramientas particularmente útiles para salir adelante.
Últimamente he estado leyendo y disfrutando temas de comedia improvisada, lo cual me ha ayudado a entender el tema del miedo y cómo opera en mi persona. El tema de no saber qué pasa después, que no haya un script predeterminado (en la comedia improvisada Y en la vida) nos manda a hacerle frente al cambio, la fuente de la enorme mayoría de los miedos. He aprendido con estos simples ejercicios a aceptar el cambio y convertir lo que podría ser una “crisis” o un “fracaso” en un logro o en un momento feliz. Alquimia al miedo.
¿Qué mejoría he visto? De entrada, ya me siento más cómoda hablando ante públicos medianos sin temor a lo que pueda salir de mi boca o a equivocarme; abracé mi miedo de dar clases de Dharma Yoga en inglés y comencé a hacerlo de manera semanal, lo cual me ha ayudado muchísimo a mi confianza; comencé a tomarme fotos en posturas y a escribir mis afirmaciones y a compartirlas con el mundo: gran victoria para mí.
Si te encuentras en una situación de potencial parálisis ante el miedo, quiero que recuerdes que la comodidad es lo que el miedo puede odiar más. Cuando aceptas tus temores, los abrazas y haces lo que te causa esta sensación, avanzarás un poco más en tu camino a conquistar el miedo.