En algunas entradas ya hemos analizado varias posturas de yoga que trabajan el equilibrio; algunos de estos ejemplos son Ardha Chandrasana, Virabhadrasana III y Vrksasana. Hoy quiero hablarles sobre cómo veo el ir más allá de ese balance físico que luego buscamos a través de las asanas, para llevarlo a nuestra vida diaria.
¿Qué implica tener un balance?
Tener un balance es, a mí parecer, el poder manejar los varios elementos que componen tu vida sin sentir que un lado es más predominante que el otro. Para algunas personas estos polos se pueden ver como trabajo vs. familia, el mundo material vs. el espiritual o nuestro mundo interior vs. el entorno.
Cuando estamos balanceados y hemos encontrado un equilibrio en nuestra vida sentimos calma, claridad y tenemos una mayor motivación para salir de la cama por la mañana. No sentimos que estamos “chuecos” o que una parte de nuestra vida está comiendo a la otra.
¿Cómo encontrar el balance?
Si tuviéramos que encontrar una forma de categorizar esos dos aspectos, diríamos que lo más importante es equilibrar lo externo con lo interno. Para lograr que la balanza no pese más de un lado que del otro, tenemos que trabajar en nuestra mente, en nuestro corazón y nuestra salud, al tiempo que vemos por nuestro bienestar físico, material y la necesidad de esparcimiento. En otras palabras, no tener demasiado de un lado ni demasiado del otro.
Esto puede sonar muy complicado en un primer momento, pero si lo desgajamos, encontraremos pequeñas acciones que pueden darle un giro a nuestras vidas, empezando por ponerle una intención a nuestros días (tal y como hablamos en el post pasado), fijarnos metas, realizar un examen compasivo de nuestra vida y de nuestro entorno, meditar, reflexionar sobre nuestras acciones y hacer planes a futuro.
Esta lista, evidentemente no es limitativa a lo que enumero aquí, las posibilidades de acciones que podemos tomar para equilibrarnos son casi infinitas, y sobre todo tienes que buscar las que resuenen más contigo, con tu esencia, tu personalidad y lo que te hace sentir feliz y completo.
Consideraciones finales
Este tema es muy basto y puede llegar a ser sumamente apasionante, sobre todo si le quitamos los adjetivos a los polos en nuestra vida y en nuestro ser: no hay una parte mala y una parte buena. Cuando nos acercamos con mayor compasión y balance a nuestra vida podemos estar más enfocados en lo que queremos hacer y creamos planes más completos y razonables sobre cómo lograr lo que pensamos y queremos.
Así que, ya sabes, la próxima vez que estés practicando un balance o equilibrio en tu práctica de yoga, mental y espiritualmente ve más allá de la postura: piensa en cómo estás equilibrando tu vida.
Seamos receptivos. Namasté.