Esta semana quisiera dedicar mis entradas al tema de la salud mental, la relación con nuestra mente y cómo nos percibimos a nosotros mismos. Es por ello que he decidido hablar hoy sobre la relación que existe entre el yoga y la autoestima, especialmente, cómo me ha ayudado a mí a generar una mejor relación conmigo misma: a cambiar mi autoconcepto y mi autopercepción.
Antes que nada: ¿Qué entendemos por autoestima?
La autoestima, en una manera muy formal, es el conjunto de evaluaciones, percepciones y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos. En otras palabras, es el concepto que nos creamos de nosotros mismos en donde ponemos un valor o una estima sobre nuestra presencia y nuestras acciones.
¿Por qué es importante la autoestima en la vida humana?
La autoestima tiene que ver con prácticamente todo lo que nos rodea, entendido que es la manera en la que interpretamos a los sucesos a nuestro alrededor y los dotamos de significado y valor. Es por esto que comprenderemos que la autoestima es esencial para poder tener una imagen de nosotros mismos, de preferencia, lo más apegada a la realidad posible.
El tener una buena autoestima nos ayuda a vibrar en un mejor estado de ánimo y a experimentar un bienestar general más agudo, al tiempo que nos motiva y nos ayuda a tener un propósito para levantarnos todos los días y actuar. Adicional a esto, la valía que nos brinda el autoconcepto hará que nos respetemos más, aprendamos y conozcamos nuestras limitantes y promovamos que otros nos respeten.
¿Cómo puede ayudar el yoga a tener una mejor autoestima?
La práctica de yoga no sólo nos ayudará a estar en mejor forma física, sino que también estaremos en una mejor forma mental. Esto quiere decir que podemos acercarnos a nuestras tareas diarias de una manera más relajada, calmada y con un nuevo enfoque, por lo que probablemente haremos las cosas de manera menos impulsiva o en medio de un ataque de ansiedad.
Además de esto, y de ayudarnos a tener una mejor imagen de nosotros, el yoga – a mi parecer – nos ayuda a fijarnos metas, a ponernos propósitos que no son necesariamente competitivos, sino que nos ayudan a tener una práctica más profunda y significativa.
Acacia, el yoga y la autoestima
En mi caso, y como ya se los había mencionado anteriormente, el yoga ha sido uno de esos temas trascendentales en mi vida, en donde definitivamente existe un antes y un después en mi persona y en mi manera de percibirme y percibir a mi entorno.
El yoga me ha ayudado a sentirme mejor con cada avance que tengo, cada vez que siento que tengo un mayor rango de movimiento o tengo una práctica más meditativa y sensible. Realmente le ha dado una razón de ser y una motivación a mi vida, generando un concepto mucho más amable sobre mí misma que antes no pensaba que pudiera ser posible.
Anteriormente, yo consideraba que la gente que tenía ganas de vivir y ganas de hacer cosas eran cursis o, simplemente, que estaban fingiendo. La práctica de yoga me ha enseñado que si es posible vivir una vida feliz y alineada, siempre buscando ser mejor, no necesariamente con posturas más avanzadas y más espectaculares, sino siendo mejor persona, maestra y humano dentro y fuera de mi tapete. Este es el gran cambio en mi concepto de mí misma.
Seamos receptivos. Namasté.