Garudasana (postura del águila)

Garudasana
Foto de Yanalya

Lo prometido en el post sobre las asanas, es deuda (si se lo perdieron, den clic aquí). Me gustaría comenzar a hablar sobre algunas de las posturas que existen en yoga y, para ello, opté por mi favorita que es Garudasana, la postura que imita al águila.

¿Quién es Garuda?

En la mitología budista e hinduista, Garuda es un dios menor con rostro de águila y cuerpo humano color dorado y alas grandes de color rojo. Por su tamaño, se cree que Garuda puede cubrir la luz solar y es – algo así – como el rey de las especies que poseen plumas en su morfología (si quieren saber la historia completa de Garuda, dar clic aquí, está super interesante).

El propósito de Garudasana

Según varias fuentes, uno de los propósitos centrales al practicar esta postura es desarrollar nuestras capacidades y cualidades espirituales; emprender ese camino por lo bueno, lo malo, lo bello y lo feo, sin distraernos con lo que no vale la pena, por lo que llevarla a cabo implica estabilidad, equilibrio y flexibilidad.

¿Cómo la practico?

Esta entrada no pretende ser un manual específico sobre como entrar a la postura, así que – de manera general – explicaré lo siguiente: para que podamos entender que estamos ya en Garudasana, nuestro muslo izquierdo o derecho debe de estar por encima del otro, como si cruzáramos la pierna con ambas rodillas flexionadas; los brazos también van cruzados, con los codos doblados.

El llegar a la postura completa es un acto de paciencia, lo voy adelantando, pero una vez que uno se encuentra ahí es ampliamente satisfactorio y, por lo menos a mí, me hace sentir empoderada.

Hay que tener presente que, en todo momento, las caderas ven al frente – como si avanzáramos o viéramos nuestro camino espiritual delante de nosotros o a nuestra presa -, los muslos se compactan, el torso se alarga, los hombros se encuentran hacia abajo y no se acercan a las orejas y los codos se despegan del pecho. Estas consideraciones son muy importantes para poder hablar de una postura correctamente practicada o desempeñada.

La respiración durante Garudasana es tranquila y natural, no planeamos agitarnos ni generar exceso de fuego durante una postura que viene del fuego. La idea del águila es generar un mayor equilibrio y una mayor concentración.

Beneficios de Garudasana

Esta postura se dice que vigoriza y refresca el cuerpo y la mente, estimula la digestión, regula los riñones y alivia el estreñimiento (¿querían algo más?). Ah sí, también generamos mayor fuerza en varias partes del cuerpo como las rodillas, los hombros, la espalda y la cadera conforme la practicamos. Adicionalmente, al permanecer en un solo pie, tendrás mayor concentración para no caerte (a mi también me ayuda a medir cómo me siento ese día, prometo futuras entradas sobre de esto).

Namasté.

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