Para los que somos practicantes de yoga, a veces nos parece más importante llegar a una postura “avanzada” más que hacer correctamente las que conocemos. A esto se le llama alineación o alineamiento y es el tema que quisiera ver en la entrada del día de hoy.
El término de alineación es relativamente nuevo en la práctica del yoga, particularmente del método de BKS Iyengar, ya que, como se puede ver en textos clásicos, en ellos no aparece la idea de una práctica “correcta” y “alineada” de las posturas. Únicamente se rescataría el tema de los Yoga Sutras de Patanjali en donde menciona que las asanas deben realizarse con firmeza y con contento.
La alineación y las práctica de asanas
Como hemos ido viendo a lo largo de este blog, las asanas y su desarrollo no son fijas ni son formas estáticas, por lo que al hablar de la alineación, no quiere decir que entraremos en una especie de esquema o de molde que encaje para todos, sino que tiene que ser algo que resulte compasivo con nuestro cuerpo y que le haga bien: que estemos plenamente conscientes en la postura sin dejar de estar relajados.
La alineación es una experiencia más que nada, no es un requisito para ser el mejor practicante de yoga (por cierto, ¡ese no existe!). Es una vivencia que podemos tener como yogis para saber cómo se siente nuestro cuerpo al estar equilibrado física y emocionalmente, cuando fluye estando en la postura.
¿La alineación nos hará perfectos en el tapete?
Nadie es perfecto en su tapete ni en lo que las redes sociales nos quieren hacer ver del yoga. Si alguna vez han ido con un quiropráctico, sabrán que todos, esencialmente, estamos chuecos de algún lado o del otro, por lo que no es extraordinario que hagamos cosas no perfectas en el tapete. En este sentido, la alineación es una técnica que nos puede ayudar a sentirnos “más humanos” dentro de la práctica del yoga, sin ser el objetivo último de la realización de asanas.
Ante todo, tenemos que recordar que yoga quiere decir unión de la mente con el cuerpo o, bien, de la mente, el cuerpo y la respiración. Lo que la alineación puede hacer por nosotros es ayudarnos a unir estos factores más, que sean más unidos y, por ende, nuestra práctica sea más congruente desde adentro.
También, la alineación es una opción completamente personal del yogi. Por mi parte, y a partir de mi experiencia, les sugiero que la próxima vez que estén en el tapete le den una oportunidad de que el maestro los ayude a alinearse, sólo para que experimenten el potencial de la postura o de la asana, que vean la sensación distinta de tener al cuerpo en “donde debería de estar”.
Seamos receptivos. Namasté.
Namaste