Lo que el yoga ha hecho por mí

Ahora que estamos a mediados de año, he optado por detenerme a pensar en mi relación con el yoga y el porqué se ha vuelto un pilar de mi vida. Si lo pienso bien, fue a penas hace dos años que lo empecé a practicar formalmente y a meterme en la filosofía del yoga (aunque hubiera practicado las posturas cuando era adolescente), en resumen: no es tanto el tiempo si lo comparamos con los enormes cambios que ha traído a mi vida.

Hace un año comencé con las certificaciones de yoga, primero como maestra de Ashtanga y, en enero, de Dharma. En agosto y octubre estaré en las 500 horas de Dharma en línea (ya saben, el virus) y me dará una mayor oportunidad de estar cerca de la teoría y de la práctica de aquello que amo tanto.

Hace seis meses dejé lo que yo conocía como “mi vida” para dedicarme al yoga y a la meditación. Dejé de vestirme de traje sastre y tacones para amar mi tapete y mi práctica. Hace seis meses, también, empecé este blog para compartir mis experiencias y mis reflexiones con quién desea leerlas. No lo cambiaría por nada.

Es por ello que decidí hacer una breve lista de las cinco cosas que el yoga ha hecho por mí. Mi eterno agradecimiento.

Me ha vuelto más compasiva y autocompasiva.

Como lo intenté poner en esta entrada sobre la compasión, el yoga y la meditación me han ayudado enormemente no sólo a querer ser empática con otros, sino a ponerme en los zapatos del otro y quererlo ayudar. Estar allí cuando más te necesitan y cuando tu propia persona te pide que la atiendas y la quieras. Ayudar a otros ayudándote a ti.

Me ha ayudado a tener una mejor salud (¡y me ha hecho más consciente de mi salud!)

No sólo tengo mejor condición física y mi flexibilidad, fuerza y equilibrio regresaron, sino que me volví enormemente más consciente de lo que como, cómo vivo mi vida y de qué decido rodearme. Básicamente, el hecho de querer hacer ejercicio me ayudó a tener mayor congruencia entre lo que digo y lo que hago en cuanto a mi salud.

Me ha hecho más consciente de mi respiración y de lo importante que es.

“La vida inicia y termina con una respiración: creo que debe de ser importante”. Incluso di una clase de Pranayama y el control de la respiración para el Día Internacional del Yoga y me di cuenta de lo mucho que he avanzado en el control de mi energía y de la respiración.

Me ha ayudado a encontrarle un propósito a mi vida.

Antes de dedicarme a dar clases, pensaba que todo en la vida se basaba en las recompensas monetarias que el trabajo traía. Hoy que veo el avance de mis alumnos en las clases y que tengo interacción con ellos, me he dado cuenta de lo importante que es ayudar a otros y ofrendar los frutos de mi trabajo, mi energía, a otros. El yoga me ayudó a encontrarle un sentido a lo que estaba haciendo y a respetarme más.

Me ha ayudado a ayudar a otros.

Este punto ya lo he ido mencionando anteriormente porque es como el eje de todos los demás: encontré mi sentido y mi vocación. Me di cuenta que si no hacemos algo por los demás, no tiene mucha razón de ser nuestro paso por esta vida. Creo que este es el aspecto en el que estoy más agradecida con el yoga, por haberme regresado a la vida a través de algo tan noble como el servicio al Universo.

Gracias por dejarme compartir.

Seamos receptivos. Namasté.