Dentro de la serie de Dharma Yoga en su segundo nivel, empezamos a ver la aparición de Utthan Pristhasana, la postura del Lagarto que, en Yin Yoga, se llama también Postura del Dragón. Esta postura tiene por objeto el estiramiento del músculo psoas, la apertura de la cadera, el fortalecimiento de las ingles, los muslos y los isquiotibiales.
¿Qué quiere decir Utthan Pristhasana?
En sánscrito, esta postura quiere decir “estiramiento de la parte posterior del cuerpo” y la forma en la que se ejecuta simula a la de un lagarto que está buscando algo, que tiene una intención (recuerdo un chiste en plena clase en el Dharma Yoga Center en donde explicaban que la postura no simbolizaba a un lagarto deprimido, sino al acecho), por lo que siempre es bonito pensar en el porqué y en el cómo realizamos esta postura, desde dónde entramos.
¿Cómo entramos a Utthan Pristhasana?
Para entrar a la postura del lagarto ponemos ambas manos en el piso, como si estuviéramos en una plancha. Posteriormente, damos un paso largo al frente (con cualquiera de las dos piernas), de manera que nuestro pie quede por fuera de las manos (he aquí la diferencia con una postura del corredor). Si somos muy flexibles, podemos poner nuestros antebrazos en el piso, estirando más los músculos del psoas y las ingles o, bien, hacer un amarre por dentro de la pierna para compactar la postura. La pierna de atrás se mantiene estirada. Si quieren mayor detalle, encontré este link muy informativo para realizar esta postura.
Contraindicaciones de Utthan Pristhasana
Utthan Pristhasana no se recomienda para las personas que tienen dolores de ciática, espalda o rodillas. Si se llegara a sentir cualquier molestia, se pueden colocar bloques por debajo de las manos o antebrazos para dar mayor altura a la postura. De igual forma, puede ser una postura activa o pasiva, por lo que puede llegar a ser un asana muy introspectiva que nos hará reflexionar sobre cómo nos encontramos en ese momento.
Utthan Pristhasana y la paciencia
Prácticamente todas las posturas en el yoga representan procesos y Utthan Pristhasana no es la excepción. Esta asana es cuestión de paciencia y de tomarnos nuestro tiempo, para entrar poco a poco y no lastimarnos tensando la zona lumbar y la cadera. Dado el intenso estiramiento, es realmente muy importante que escuchemos a nuestro cuerpo y conozcamos nuestros límites.
Como siempre, les invito a darle una oportunidad a esta postura, de la mano de un maestro que pueda guiarlos si es que lo necesitan. En mi caso personal, a mí siempre me ha gustado la perspectiva reptiliana que implica la postura, una postura de “caza”, un tanto prehistórica. Sean ustedes los jueces.
Seamos receptivos. Namasté.