Virabhadrasana I o Postura del Guerrero I

Dentro del Hatha Yoga, una de las posturas más reconocidas son las variaciones de Virabhadrasana, o Postura del Guerrero. En esta ocasión, hablaremos la primera variación nombrada Guerrero I, la cual es una asana que tonifica el cuerpo y flexibiliza los músculos de las piernas y del torso, alargando la columna vertebral y la pared abdominal.

¿De dónde viene el nombre Virabhadrasana?

Etimológicamente, el nombre de esta postura viene de la celebración del guerrero Virabhadra, el guerrero espiritual que, de acuerdo con la leyenda, fue creado por Shiva, el dios destructor, para vengar la muerte de Shakti y vengarse del rey Daksha por haberla despreciado.

¿Cómo entramos a Virabhadrasana?

La postura en sí implica varios movimientos contrarios, de forma que tendremos varias energías trabajando en el cuerpo; en otras palabras, el tronco se eleva, al tiempo que los pies se anclan al suelo y los brazos se elevan al cielo en lo que la mirada se inclina hacia arriba y hacia atrás.

Para entrar a Virabhadrasana 1, empezamos por estar con los pies juntos y los brazos a los costados del cuerpo en la postura de la montaña (Tadasana). Separamos un poco las piernas de manera paralela y hacia atrás con un metro aproximadamente de separación. Levantamos los brazos de manera perpendicular al suelo, las palmas se miran entre sí o, bien, se tocan o forman un mudra; los homoplatos se encuentran firmes y su fuerza va hacia el coxis. El torso se arquea de manera muy ligera y la mirada se dirige entre las palmas de las manos. La rodilla que se encuentra al frente se dobla en 90 grados y el pie de atrás está ligeramente a los 45 grados.

Lo ideal es que la postura se mantenga durante 30 segundos a un minuto. Al terminar de estar en la postura, uno debe de inhalar, para firmemente apoyar el talón trasero en el suelo y estirar la rodilla derecha, regresando a la postura de la montaña.

¿Qué beneficios tiene Virabhadrasana?

Virabhadrasana 1 tiene varios beneficios, empezando por el aumento de la concentración, la tonificación de los brazos, los hombros, los músculos del cuello; eleva la energía, favorece la coordinación y el equilibrio, favorece a la respiración, abre el diafragma, activa los riñones, fortalece los huesos. En un resumen, Virabhadrasana 1 desarrolla la resistencia y la coordinación, así como la fuerza y el equilibrio.

Como siempre, cada postura debe de realizarse conforme a las limitaciones personales de cada uno, por lo que siempre recomiendo escuchar al cuerpo y saber hasta dónde llegamos en nuestras asanas. Siempre seamos conscientes y compasivos con nosotros.

Namasté.