Reflexiones tras un año de pandemia

Reflexion pandemia

Hoy comienza marzo, el primer tercio del año, ¡qué rápido! Con ello cumplimos ya casi un año de haber declarado la emergencia sanitaria en la Ciudad de México por el COVID-19 y casi un año de haber tenido que cambiar nuestras vidas casi por completo y adaptarnos a una “nueva normalidad”.

 

Ciertamente la vida en comunidad y dentro de nuestras casas no volverá a ser igual que como era antes, ya no socializaremos igual y tendremos muchas más medidas precautorias en el momento de interactuar con otros y entrar a nuestras casas pero, también, tenemos un gran camino avanzado en cuanto al viaje hacia adentro y el trato con nosotros mismos.

 

Hoy quiero escribir mi reflexión de lo que ha significado este año para mí: lo he pensado dando clase de yoga y meditación en línea; durante la Puya de Luna Llena y la celebración del Paranirvana del Buda; cuando salgo a correr en la mañana o, simplemente en mi día a día en el espacio en el que vivo. Ha sido un tema que ha ocupado mi mente en estos últimos días ya que sé que mi caso es un poco atípico, con respecto a como muchos están viviendo este año de encierro, me explico: tengo diagnosticada ansiedad social desde hace varios años, lo cual implica que las multitudes no me hacen sentir cómoda, ni los espacios públicos, entre muchas otras cosas. Estar en mi casa y poder traer mi tapete a mi espacio, en lo personal, me ha permitido viajar hacia adentro y vivir este año como un retiro monástico continuo.

 

Durante este año he dejado muchos vicios y muchos pensamientos tóxicos atrás, me faltan muchos más, sin embargo, reconozco que he aprendido a lidiar mejor con mi mente y le he dado prioridad a mi salud mental, física y a la calidad de mis relaciones personales sobre todas las cosas. El yoga ha jugado un papel crucial en esto, me ha mantenido en movimiento y me ha mantenido conectada con una comunidad, principalmente la de mis alumnos, a quienes les debo muchas sonrisas durante este año. Francamente, creo que esta historia hubiera sido muy distinta si no fuera por ese encuentro todos los días para practicar juntos, cada uno desde su tapete.

 

Ahora, más que nunca, es importante que nos sigamos cuidando, que utilicemos los tapabocas y sigamos las medidas establecidas por nuestros médicos y por las autoridades sanitarias como la OMS; también es de suma importancia que miremos hacia adentro y demos prioridad a nuestra salud mental y hacia nuestro autoestima: a encontrar un propósito a nuestro día a día, a vincularnos con el bien que hay en nosotros y en los demás, y en promover prácticas sanas como hacer ejercicio o reírnos con otros, aunque sea a través de una pantalla: decirnos cosas bonitas y hacernos sentir mejor. Nada nos cuesta.

 

¿Qué te ha ayudado a ti durante estos meses? ¿Cómo te sientes?

 

Seamos receptivos. Namasté.

 

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