El yoga y el cambio de estaciones: Equinoccio de Otoño

yoga equinoccio de otoño

La semana pasada hablamos sobre el yoga y las fases lunares, tema que nos acercó a una de las relaciones entre el yoga y los procesos cíclicos de la naturaleza. Hoy hablaremos del cambio de las estaciones, particularmente el Equinoccio de Otoño, el cual tuvo lugar el pasado 22 de septiembre.

 

¿Qué es el Equinoccio de Otoño?

 

El Equinoccio de Otoño es un fenómeno terrestre que está relacionado con el movimiento del Sol de un Hemisferio al otro, es decir, cuando para el Hemisferio Norte es Otoño, para el Hemisferio Sur será primavera: cuando el Sol se oculta en el Norte, aparece en el Sur.

 

Es durante el Equinoccio de Otoño en donde nuevamente se vuelve a nivelar la duración de las noches y los días para que, paulatinamente, las noches se vayan volviendo más largas, conforme avanza el Inverno.

 

¿Qué significado tiene el Equinoccio de Otoño?

 

El Equinoccio de Otoño es una preparación para el Invierno, es ese momento en donde recogemos lo que hemos cosechado y emprendemos un viaje hacia adentro, es un periodo de reflexión y de pensar qué hemos hecho en el año para sobrevivir al invierno y al frío. Es el momento ideal para pensar en qué queremos hacer para cuando el clima nos orille a estar en casa: pensar en qué libros queremos leer, qué tareas queremos hacer y de qué recursos vamos a echar mano para el siguiente cambio de estación.

 

¿Qué tiene que ver el Equinoccio de Otoño con el yoga?

 

Buena pregunta. Como hemos visto, el yoga va más allá de una práctica física, sino que es una práctica espiritual y energética, por lo que la entrada del Otoño será el momento perfecto para tener una práctica mucho más reflexiva: ¿En realidad necesito hacer esa postura para la cual aún no estoy listo? ¿Cuáles son mis fortalezas y cuáles son mis debilidades en mi práctica? ¿Qué me gustaría hacer dentro de mi práctica de yoga para sentirme bien y a gusto conmigo mismo? Estos son algunos ejemplos de preguntas que nos podemos hacer para que nuestra práctica vaya más allá de un parado de cabeza y en realidad sea un viaje a nuestro interior.

 

Es el momento ideal, también, para balancear la energía en nuestra práctica. Al igual que los días y las noches comienzan a equilibrarse, también la energía masculina y activa contra la energía femenina y pasiva. Tal vez es momento de intentar prácticas más suaves como Yin, contra las más energéticas como Ashtanga o encontrar un punto medio.

 

Es el periodo perfecto para enfocarnos en nuestra respiración o el Pranayama; para viajar con nuestra meditación y trabajar en anclarnos a los momentos conscientes: hacer que cada momento cuente y valga la pena. Es un gran momento para posturas pasivas como Savsana, Balasana o incluso algunas más devocionales como Kapyasana, fluye con tu movimiento, recogiendo tus pensamientos y emociones.

 

El conectar nuestra práctica de yoga con los ciclos naturales no es sólo para hacer nuestra práctica más consciente, sino que nos ayudará a conectarnos con algo más grande que nosotros: la Tierra y sus cambios. Es el momento de dejar fluir, soltar lo no necesario y guardar para lo que espiritualmente necesitaremos después.

 

¿Cómo quieres llevar tu práctica de yoga en esta temporada? ¡Compárteme en los comentarios!

 

Seamos receptivos. Namasté.

error: